Como profesionales no es fácil asesorar en cuanto a la modalidad adecuada para cada persona sin influenciarnos por nuestro deporte favorito, precisamente porque es una decisión muy personal y principalmente el tipo de clase lo debe decantar, el gusto del consumidor.
Los expertos debemos ser imparciales y aconsejar únicamente en función de las preferencias del posible esquiador/a o rider. Sus aspiraciones y objetivos futuros en la práctica de los deportes de invierno serán decisivos para aprender el curso de la modalidad más adecuada que le permita exprimir la nieve bajo sus pies.
Algunos factores a tener en cuenta para los que no tienen claro su decisión son:
El nivel de coordinación y motricidad de nuestro físico en la práctica de deportes al aire libre y los relacionados con los deportes de invierno como pueden ser el patinaje o el skate.
El nivel de desarrollo de la lateralidad durante el deslizamiento utilizado en otros deportes o medios de transporte (Surf, skate, wakeboard, patinete, etc.).
La habilidad que presente el usuario para mantener el equilibrio determinará si le resultará más fácil aprender Snowboard en el que el contacto con la nieve se realiza sobre un único canto de la tabla o el esquí en el que tenemos dos apoyos y movilidad de las piernas, a diferencia del snow.
Lesiones anteriores o molestias crónicas que afecten a determinados músculos que experimentan mayor actividad y rendimiento en el esquí o en el snowboard.